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Las actuales medidas de política activa del mercado de trabajo (PAML) no han tenido éxito a la hora de establecer un empleo a largo plazo para los grupos vulnerables. Introducimos el término competencia de inclusión en el lugar de trabajo y exploramos su asociación con dos categorías organizativas laborales distintas: la gestión orientada a la participación y la gestión orientada al control. Operacionalizamos la competencia de inclusión en el lugar de trabajo como oportunidad de inclusión y capacidad de inclusión. Argumentamos que dicha competencia es dinámica y procesal, y descubrimos que la orientación de la gestión organizativa, así como el ritmo de trabajo, las oportunidades de desarrollo de los empleados, la situación financiera y la SST, tienen un impacto en la competencia de inclusión en el lugar de trabajo. Se analizan los datos de una encuesta realizada a una muestra de directivos sobre las capacidades y oportunidades de los centros de trabajo en los procesos de inclusión laboral. Presentamos dos conjuntos de índices para medir la orientación de la gestión organizativa y la competencia en materia de inclusión. De este modo, contribuimos al campo de la investigación proporcionando conceptos nuevos y más específicos con índices de preguntas adheridas, y conectándolos con una perspectiva organizativa del trabajo.
Entender cómo funcionan las prestaciones de la Seguridad Social puede ser todo un reto: hay muchas normas, las fórmulas pueden parecer complejas y tomar decisiones con información incompleta o incorrecta podría acabar costándole. Por eso es importante trabajar con profesionales financieros para desarrollar una estrategia de reclamación de la Seguridad Social para su plan general de ingresos para la jubilación.
Antes de tomar decisiones sobre la reclamación de esta valiosa prestación, vamos a aclarar 5 de los mitos más comunes sobre la Seguridad Social que podrían socavar su capacidad de generar los ingresos que necesitará en la jubilación para vivir la vida que desea.
Su prestación básica se calcula en función de su “plena edad de jubilación”, o FRA, y su FRA viene determinada por su fecha de nacimiento. La Administración de la Seguridad Social (SSA) calcula su prestación básica de la Seguridad Social en función de la media de sus ingresos mensuales indexados durante los 35 años en los que ganó más (sólo los años en los que pagó impuestos a la Seguridad Social).
Consejo: Encontrará su FRA en el sitio web de la Seguridad Social, SSA.gov, o en un extracto en papel que le enviará la SSA. Si nació entre 1955 y 1959, su FRA es de 66 años más algunos meses. Si nació en 1960 o después, su FRA es de 67 años.
Los jubilados desfavorecidos no suelen tener pensiones ni grandes 401(k)s, y son, como es lógico, los que más dependen de la Seguridad Social: dos de cada tres estadounidenses mayores pobres y con bajos ingresos reciben el 90 por ciento de su dinero del programa.
Las mujeres, muchas de ellas viudas, dependen de sus prestaciones más que los hombres; los jubilados solteros más que las parejas con dos ingresos; los jubilados de mayor edad más que los más jóvenes; y los negros más que los hispanos y los blancos no hispanos.
La medición de la importancia del programa para la seguridad de la jubilación de los estadounidenses se ha vuelto cada vez más importante en medio de un cambio radical en el sistema de jubilación de Estados Unidos, que ha pasado de las pensiones tradicionales y fijas del empleador a los planes 401(k) patrocinados por el empleador. Aproximadamente la mitad de los trabajadores no han ahorrado lo suficiente a lo largo de su vida laboral.
Sin embargo, varios investigadores se han peleado por saber si tienen estimaciones precisas de la dependencia de la Seguridad Social, sobre todo porque es difícil cuantificar cuántos ingresos provienen de los relativamente nuevos 401(k). La clave de las nuevas estimaciones es el Estudio de Salud y Jubilación de personas mayores de 50 años, que mide los saldos de las cuentas 401(k) de forma “más sistemática”.
El momento de solicitar las prestaciones de jubilación de la Seguridad Social es una de las decisiones financieras más importantes que puede tomar una persona. La Seguridad Social proporciona prestaciones mensuales a los trabajadores jubilados que cumplen los requisitos y a sus familias. A medida que se acerca la jubilación, el individuo debe decidir a qué edad empezar a recibir las prestaciones. Las prestaciones pueden solicitarse antes, durante o después de la plena edad de jubilación (FRA), que varía en función del año de nacimiento. Las prestaciones solicitadas antes de alcanzar la FRA se reducen permanentemente, pero se cobran durante un periodo más largo. Si se aplaza la solicitud hasta después de la FRA, las cuantías de las prestaciones mensuales aumentan permanentemente, pero se cobran durante un periodo más corto. La edad más temprana posible para solicitar las prestaciones de jubilación es de 62 años. El aumento por solicitarlo en diferido deja de acumularse a los 70 años. Las prestaciones de la Seguridad Social se mantienen mientras la persona viva y están protegidas contra la inflación mediante un ajuste anual del coste de la vida. Un flujo adecuado de ingresos protegidos contra la inflación puede evitar la pobreza en la vejez.